¿Difundir cada semana la inflación?

Gabriel Conte
Gabriel Contehttps://gabrielconte.com.ar/
Soy Gabriel Conte, periodista. Fundé el diario Memo (memo.com.ar) en 2019. Creé y dirigí en los años ’90 la hoja de cultura El Comunero. Fui director de la revista Mendosat y durante 12 años trabajé como periodista, subdirector y luego director del portal MDZ, además de ser director de MDZ Radio. Mis primeros pasos en el periodismo los di en LV10 Radio de Cuyo. Mi programa «Tormenta de ideas» entrevistó a unos 30 mandatarios y expresidentes, premios Nobel y figuras destacadas del mundo, por Radio Nihuil. He colaborado con medios de Argentina y el extranjero.

El gobierno nacional tomó una determinación que va en contra de la normativa, solo para un experimento electoral: intentar que no se note tanto el nivel de inflación en un mes. De tal manera, informará semanalmente cuánto aumentaron los precios, con la esperanza de la gente se deje engañar por una falsa sensación de desaceleración.

Como en los tiempos de hiperinflación en Argentina, el Ministerio de Economía que conduce el candidato Sergio Massa dará a conocer semanalmente cuál fue el aumento de precios. Los más jóvenes no lo saben y los más grandes puede sufrir de esa amnesia política o de recuerdos selectivos, algo endémico en Argentina, pero en 1989, con la hiperinflación del momento, había al menos un orden que indicaba que cada viernes el empleador otorgaba un aumento de sueldo equivalente al índice a cada trabajador. ¿Podría suceder eso hoy? ¿Está el Estado y las empresas en condiciones de afrontar la situación de esa manera?

Lo cierto es que la medida está tomada y coincide con la explosión de los precios, que dio de acuerdo con la medición de agosto del Indec la inflación mensual más alta en 32 años.

En la insólita argentina, el ministro del fracaso económico se autopercibe ajeno al desastre de su gestión. Y no es un empleado del Gobierno, es su mentor. ¿Cuántos recuerdan que el Frente de Todos, que ahora fue rebautizado como Unión por la Patria surgió de un acuerdo entre Sergio Massa, del sector más conservador del PJ y Cristina Kirchner, del sector que se cree revolucionario de izquierda (aunque sin tener una sola credencial en tal sentido). Juntos, Massa y Fernández de Kirchner eligieron como testaferro a Alberto Fern´ndez para encarar la candidatura presidencial, hasta ese momento un puntero del peronismo porteño sin mayor vuelo y que jamás ganó ni una interna en su barrio, además de operador judicial y del Grupo Clarín, ambas condiciones que posiblemente pusieron en la balanza sus «padrinos» de candidatura.

La decisión de Massa de difundir la inflación semanalmente, más allá de ser una herramienta más del Estado al servicio de su propia campaña electoral, es una decisión que atenta contra la normativa vigente.

Al tema lo abordamos este viernes en caliente, recién anunciado, en el segmento «La Picada» que de lunes a viernes se emite por Radio Nihuil en el programa «Te digo lo que pienso», junto a Ricardo Montacuto, conductor del programa y Santiago Montiveros, director del diario Memo. Intuíamos ya al mediodía que algo olía mal en la decisión. Fue por la tarde cuando el economista radical y exministro del área, Alfonso Prat Gay, ratificó las sospechas: la decisión de Massa «viola la Resolución 85/2019 del INDEC en la que se establece su Política de Difusión Estadística y el Calendario de Difusión», dijo y agregó que «también estarían violando el inciso f) art 5 de la Ley 17.622». Esto último dice, textualmente: «Son funciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (…)  f) Promover la adecuada difusión de toda la información estadística en los Ministerios, Comandos en Jefe, Secretarías de Estado, Gobierno provinciales y municipales, organizaciones públicas y privadas y población en general».

De tal modo, Prat Gay sugirió que «el Congreso debe citar al director del INDEC a que explique esta nueva violación de la independencia del instituto y la calidad de sus estadísticas».

No hay conclusión al tema, sino necesidad de que la mayor cantidad de gente comprenda que la institucionalidad amenazada por diversos flancos se puede defender solamente con más institucionalidad, es decir, cumpliendo y haciendo cumplir las leyes. Y el partido del Gobierno pareciera estar emperrado en aferrarse al poder, sin comprender ni aceptar que esa decisión no puede correr por cuenta propia, sino que es menester de la ciudadanía hacerlo en las urnas.

Los integrantes del Gobierno, con diversas actitudes «borders» y ajenas a la institucionalidad, algunas de ellas fascistas y alocadas -como fue el caso del «paro activo con asambleas» del ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis para amenazar con frenar la actividad en el país si pierden las elecciones- está saliéndose del cauce de la Constitución y burlándose de la gente, esa a cuya defensa de sus intereses debería abocarse sin egoísmos ni autoritarismo.