Oración en dos planos
(padre nuestro que estás en los cielos)
Cuántas veces más deberé apretar mis labios
Conteniendo la espuma o bien tragándola
Con disimulo
ocultando esa baba que seca mi lengua
Bajo la lengua, dejándola
Continuar con su deslizamiento
Hacia las palabras,
Pronunciando esta letanía
De ruegos
De súplicas
De lágrimas que amasan mares de dolor
En cada ojo al tiempo que
Repito y repito
Esa frase que debo repetir
Repetir
Repetir
¿Cuántas veces más?
(santificado sea tu nombre)
Para que no tenga nunca más
Que repetirla
Que repetirla
Ante esa cruz que está sobre el dintel
Para que un gesto
Para que aunque más no sea un solo gesto
Una lágrima de agua, de sal
(venga a nosotros tu reino)
De sangre se disuelva en el muro
Para que tenga sentido este largo repetir
Este largo, denso, oscuro repetir
Esta condena a revivir para poder revivir aun después
De que ruegue tanto para que la vida cambie
De suplicar, exigir, pedir tantas veces que
Todo empiece y todo termine
(hágase tu voluntad)
Y así de nuevo
Y renovadamente repetir
Y repetir
Y repetir
Este puñado de palabras que te invocan
Y te piden que aparezcas en una lágrima
En una gota de agua, de sal, de sangre
Que se deslice desde el rostro
De tu cruz
Por el muro
(así en la tierra como en el cielo)
Por el muro
Por el muro hasta colmar
Esta impaciencia que se acelera
Con cada frase con cada ruego, con cada súplica
Con la que nuevamente, renovadamente
Me humillo, me desintegro,
Me desarmo, me muero y me vuelvo a morir
Aun después de la última muerte pidiéndote
Repetidamente
(danos hoy el pan de cada día)
De nuevo, renovadamente
Que la vida cambie
Que mi vida cambie
Que todo cambie
Que cambie la muerte
Y si es posible
Si es que para algo sirve que ruegue tanto
(y perdona nuestros pecados)
Que tanta baba se revuelva lubricando
La lengua que lame tus heridas
En la cruz
Cada día cada tarde cada noche
Y de nuevo
Cada día cada tarde cada noche
Pero para qué
Me pregunto ahora en este ruego
Del hartazgo
Para qué
(así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden)
Para qué
Y repito nuevamente,
Renovadamente
Si ya he cumplido mi condena
Si ya he superado esta vida en el infierno
Que se ha transformado
Repetir que quiero el cielo
Que deseo ese cielo
Ese rojo cielo
¿Por qué es rojo el cielo, no?
(y no nos dejes caer en la tentación)
Y repito
Este rosario infinitamente
Este rosario infinitamente
Para ganar de una vez por todas la muerte
Para ganar de una vez por todas el infierno
(más líbranos del mal)
Para perderte de una vez por todas de vista
Para no tener que seguir rogar en vano
Vanamente
Injustamente humillándome de rodillas
Babeando oraciones
Ante esa cruz que tanto mereces
Que tanto mereces
Ante esa cruz a la que te condeno de nuevo
Y repito:
A la que te condeno renovadamente
Porque no lloras ni dejar rodar por el muro
Ni una sola lágrima de agua, de sal, de sangre.
(amen)
Amen.