María que das consuelo
María que te presentas luminosa en mis sueños
María que eres toda mujer
María de los que estamos solos
María de los necesitados de amor
María impura, pavorosamente sexy
María de las zonas erógenas despiertas, alertas
María, maría, maría
María de la mirada caníbal
María que bebes del cáliz el jugo de los dioses
María de las mechas ligeramente mojadas cayendo sobre tus hombros
María de túnica transparente
María, la insinuante
María, la ninfómana
María, envoltura de hombres de poca fe en hoteles de ruta
María, María, María
No tengas piedad, sólo hazlo
María que escuchas
María que susurras ininteligibles santas palabras a mi oído, acostada a mis
espaldas, junto a un envión de pechos erectos
María que aceptas que derrame en ti mis bendiciones
María que me bendices de cuerpo entero
María, que me amordazas con tus labios
María que anulas todos mis pensamientos
Eres santa
María, María, María
Escúchame, nuevamente
Abrázame, eternamente
Acaríciame, dulcemente
Gime
Gime
Otra vez: gime.