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jueves, diciembre 4, 2025

¿Ser rico para conseguir un préstamo hipotecario?

Los mendocinos se encuentran entre los más interesados en conseguir con qué comprarse su primer lote, casa o departamento.

Hay una serie de frases pronunciadas por el gobernador Alfredo Cornejo cada vez que entrega casas que se concretaron por el impulso del Instituto Provincial de la Vivienda que están calando hondo en la sociedad. Es muy probable que lo haya medido, afecto como es a las encuestas, pero tiene éxito al pronunciarla, porque consigue adhesión en forma automática.

Es que Cornejo ha dicho verdades incómodas, mientras se acomoda la capacidad del muy pobre sistema financiero argentino para ofrecer algunas líneas de crédito hipotecario que rápidamente se saturan.

Por ejemplo, que «en Argentina los bancos no trabajan de bancos» y que «hay que nacer en cuna de oro para tener acceso al crédito». Y más.

Un dato fuerte sobre la ansiedad de los mendocinos por acceder, aplicar y devolver este tipo de empréstitos se vio después de la salida del cepo: en dos días subió 30% las consultas para saber qué líneas tienen los bancos.

Un banco debería estar para eso, precisamente, pero en la Argentina perdieron el respaldo de la gente en 2001, con el «corralito».

El sector que nunca pierde, que gana aun en medio de las crisis más profundas y que paga los mejores salarios del país, sin embargo no está fondeado suficientemente. La gente prefiere el colchón, o diversas formas de atesoramiento por sobre las entidades financieras.

La expectativa es más que creciente: es una bomba lista para estallar. La gente quiere comprar u primera casa, más allá de los blanqueadores de divisas o los que simplemente buscan invertir. Hay mucha gente que siente que no acceder a su techo propio los empieza a empujar debajo de la clase media, y resiste: es capaz de esforzarse por pagar su deuda. Entonces, ¿cuánto más falta para que haya un canal de respuestas a esa gran demanda?

«En Chile, por ejemplo, una persona accede a la vivienda por crédito bancario a 30 o 40 años. En cambio, en Argentina, quien no nació en una cuna de oro no califica para un crédito hipotecario», dijo Cornejo en una reciente entrega de viviendas. Y no mintió.

Les consultamos a todos los que podíamos hacerlo. Por ejemplo, al entrevistar al director del Banco central y superintendente de Entidades Financieras de la Nación, Juan Curutchet, sostuvo exultante: «Argentina en diciembre cerró el año con 3.400 créditos hipotecarios adjudicados. Eso es un ritmo de crecimiento que ya vamos a estar casi en 50.000 hipotecas por año, hace como ocho años que no estábamos en ese nivel. Y el desafío pasa a ser cómo sostener ese crecimiento: no hay un mercado secundario para securitizar y que los bancos descarguen las hipotecas, pero se viene una expansión de crédito hipotecario, sin duda. Ya tenemos una expansión de los créditos personales, van a seguir bajando las tasas de interés y van a seguir estirándose los plazos. Todo eso va a potenciar el comercio, va a generar posibilidad de inversión. Yo soy muy positivo, pero en la medida en que sostengamos la racionalidad económica».

Y admitió el diagnóstico del que venimos hablando: «El sistema argentino es sólido, es líquido, es solvente, pero es muy chiquito. Lo que tenemos que revertir es el tamaño pigmeo del sistema bancario argentino, que es como un auto que no tiene nafta suficiente: las nafta son los ahorros de la gente y los ahorros de la gente no están en los bancos por esa desconfianza. Pero no es que el sistema no sea sólido, el sistema tiene exceso de capital, si comparás con América Latina y tiene muy buena liquidez, pero al ser pequeño no cumple con su propósito».

Escuchalo, lo entrevisté en el programa «Tenés que saberlo» por Radio Post 92.1:

En definitiva, hay un «hambre de créditos hipotecarios» del que quienes tienen la posibilidad de alimentar a toda esa masa debe tomar nota. Es una oportunidad para todos. Inclusive, para reconciliar al sistema bancario con la sociedad.

La entrada ¿Ser rico para conseguir un préstamo hipotecario? se publicó primero en Gabriel Conte.

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