Bueno, pido un minutito para reflexionar un poco. Se están cerrando las listas de los partidos políticos en Mendoza. Es una oferta que nos hacen, es decir, esto es lo que yo tengo para mostrarles. Son nuestros candidatos, y hay distintas formas de conformar candidaturas.
Hemos tenido, a lo largo de la historia de Mendoza, listas que se hacen para tentar a la gente a votar. Listas con personalidades, listas que dicen: «Che, mirá lo que tengo yo y mirá lo que tienen los otros», ¿no? Como para demostrar profundidad, capacidad, apertura.
En otros casos, hay partidos que a veces han llevado extrapartidarios con tal de mostrarse públicamente y conseguir un voto más o meter una banca más. En este caso, como que las cartas están echadas y uno se pone a ver lo que están haciendo los partidos políticos, tanto el radicalismo como el peronismo. Todavía falta ver muchos otros partidos.
Es como que ya saben cómo van a ser los resultados y, por lo tanto, no están buscando el voto de la gente. Saben que ya lo tienen, hasta dónde lo tienen y hasta cuántas bancas pueden llegar a meter cada uno. Entonces hay cierta pachorra, se puede llegar a decir, en la elección de los candidatos.
El radicalismo anoche anunció su lista. No hay ninguna novedad. Una que otra, alguna persona que va, pero que no sorprende. Es decir, no hay Baglinis en la lista del radicalismo, que era una superpotencia de la política y una mente brillante en el Congreso de la Nación que hasta los que no eran radicales lo reconocían. Se puede hablar de muchos otros que han sido brillantes en el Congreso y que surgieron desde Mendoza.
Y en el peronismo, como saben que no van a ganar, lo que están tratando de hacer es ir unidos para armar algo para el año 2027. Entonces también llevan a la misma gente de siempre. Han arreglado adentro, qué sé yo, se han distribuido las cargas: uno para los intendentes, otro para la gente del sur, otro para la Cámpora.
Entonces, la verdad es que no hay listas que entusiasmen. Yo les pregunto a ustedes si se excitan con estas listas de la política, si se entusiasman. Después la política se plantea que no sabe por qué la gente no va a votar, ¿no? Claro, no va a votar porque no le llama la atención absolutamente ningún candidato.
Si ustedes ven las cabezas de listas a nivel nacional o provincial que hay en Mendoza… bueno, qué sé yo, están ahí. A lo mejor vos tenés ganas de apoyar al gobierno y vas y la votás. Pero, ¿saben qué pasa? Esto de que no hay Baglinis no es lo único.
Están las hermanas, los hermanos, las esposas, los maridos… hay mucha gente de la familia. Esto de que no le confían la llave del auto a alguien que no sea del grupo familiar, ¿no? Entonces se reparten los mismos. Hay muchas repeticiones. Hay gente que vuelve a la Legislatura que ha estado antes, hay gente que va a la reelección, pasan de una cámara a la otra sin solución de continuidad, pero además sin explicar cuál es el mérito o las razones que hacen que una persona que estuvo en una cámara —y que no se lució, y que muy pocos mendocinos probablemente los conozcan— pasen a la otra cámara y sigan.
Lo más probable es que estén criando asesores, que estén anidando cargos, y que los necesite otra persona. Entonces, hay algunas primeras conclusiones —que por ahí son apresuradas— porque hay que seguir viendo, hay que seguir charlando.
Pero se me ocurre: los que van a ser representantes del pueblo, tal lo que dice la Constitución, ¿representan al pueblo o a los dirigentes? Porque la verdad es que parecen representar al que los puso ahí. Al que tiene la lapicera. Al que tiene la capacidad.
Entonces, esa persona como no le confía la llave del auto a alguien que no sea de la familia, lleva a los familiares. Y si no son familiares, son los amigos cercanos. Son con los que se juntó el 20 de julio, el Día del Amigo, o es la gente a la que le tiene más confianza.
A ver… no vaya a ser cosa que la política llene la Legislatura o el Congreso de testaferros, ¿no? Que es un término fuerte, que sirve para otras cosas, sobre todo para los negocios: prestanombres. «Bueno, a ver, te pongo a vos porque…». Y te vas a sentar en un cargo en donde me criás esta cantidad de gente que me tenés que proteger.
Pero… ¿y Mendoza? Lo que pasa —y esto lo he estado hablando ayer, cuando veíamos las listas del peronismo, la de los radicales, y lo que va surgiendo— es que Mendoza es una provincia que tiene una docena de universidades, tiene una vida social muy fuerte, tiene empresas de primer nivel, tiene —realmente, yo creo— la mayor cantidad de ONGs por habitante del país.
Y lo que sale es esto.
Sinceramente les digo, no va en contra de nadie en particular, porque la verdad es que no hay nadie que sea un delincuente que vaya en las listas. Pero tampoco entusiasma demasiado, sinceramente.
Mendoza: ¿es Mendoza a lo grande o es «Mendoita»? Es lo que hay, es lo que se pudo, y no levantamos la vara. Porque la verdad es que entusiasmo no se ve. Entusiasmo no hay. Es como que apuestan a los seguros. Van ahí, ponen a la gente no para ofrecérselo a la sociedad a ver si les gusta, sino porque puedo. Lo pongo, y lo puedo, y va en la lista, y va a entrar porque quiero.
No sé. Pensémoslo un poquito.

