A días del nuevo cónclave que elegirá al próximo Papa, el reconocido escritor y vaticanólogo Eric Frattini conversó en exclusiva con el programa “Tenés que saberlo” sobre el trasfondo político del Vaticano, el legado inconcluso del papa Francisco y las tensiones internas que atraviesan la Iglesia Católica.
Frattini, autor de más de 30 libros sobre espionaje, servicios de inteligencia y la Santa Sede, acaba de publicar Cónclave: La Iglesia después de Francisco. El texto, editado por Planeta, fue actualizado en tiempo récord tras la muerte del Sumo Pontífice. “Comencé a escribir el último capítulo a las 10:15, apenas se anunció el fallecimiento. Lo terminé a medianoche. Al día siguiente ya lo tenía la editorial”, contó el autor.
Según el escritor, la muerte de Francisco deja un Vaticano atravesado por luchas de poder y reformas frustradas. “Francisco llega con la idea de transformar la curia vaticana, modificar las estructuras financieras, abrir la Iglesia a los divorciados, a los homosexuales, pero no lo logra. Creo que muere con esa espina clavada”, sostiene.
Frattini no ahorra críticas. Considera que, aunque Jorge Bergoglio nombró a 108 cardenales, muchos de ellos no responden a su línea ideológica. Cita el caso del cardenal africano Fridolin Ambongo, quien fue designado por Francisco, pero que sostiene posturas abiertamente conservadoras. “No nos hagamos lío: muchos de los cardenales de Francisco son profundamente conservadores”.
En ese sentido, el autor de Los cuervos del Vaticano destaca que el pontificado estuvo marcado por tensiones internas, encabezadas por un “triunvirato conservador” que incluye a los cardenales Raymond Burke (EE.UU.), Robert Sarah (Guinea) y Gerhard Müller (Alemania), quienes enfrentaron a Francisco incluso utilizando la figura del papa emérito Benedicto XVI.
Consultado sobre el legado de Bergoglio, Frattini fue contundente: “Dejó frases grandilocuentes, pero sin acciones concretas. Dijo ‘¿Quién soy yo para juzgar?’ sobre los homosexuales, pero no hizo nada para impedir que a muchos niños de familias homoparentales se les niegue el bautismo”.
A pocos días del cónclave, Frattini vislumbra un escenario dividido. “Entrarán tres sectores: los seguidores del triunvirato conservador, el bloque liberal encabezado por el cardenal Hollerich de Luxemburgo, y los afines a Francisco, que exigirán al nuevo Papa mantenerse dentro de los márgenes doctrinales. El problema de Francisco fue alejarse tanto de la doctrina, que terminó inmovilizado”.
Finalmente, recordó una frase que le dijo un cardenal durante el cónclave de 2013: “Frattini, cuando entre al Vaticano quítese el reloj. Aquí el tiempo va más lento”. Una advertencia que, vista en retrospectiva, parece resumir con crudeza las resistencias históricas a cualquier cambio profundo en la Iglesia Católica.
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