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jueves, diciembre 4, 2025

Mis minutitos en "Tenés que Saberlo" por Radio Post

Entre la razón y el corazón: el valor de decir lo que no gusta

Bueno, me tomo el minutito que me toca para hacer alguna reflexión. En este programa hemos sido bastante críticos del gobernador en muchas circunstancias, fundamentalmente cuando pensamos que ha actuado mal, y lo hemos dicho. Pero también, cuando consideramos que reflexiona bien, es necesario destacarlo.

Digo esto porque vivimos en una Argentina con mucha hipocresía y demagogia. La política de Mendoza no es ajena a eso: también hay mucho populismo.

Ayer, en una conferencia en la Esplanada de la Casa de Gobierno, el gobernador habló con los periodistas, estuvo con Julián Cháver de nuestro programa, y sostuvo algunas cosas muy fuertes e interesantes para un político argentino. Por ejemplo, no fue políticamente correcto y explicó cuál es el problema con las jubilaciones.

Esto va en línea con algo que venimos hablando en el programa: lo responsable versus lo emocional. Para poder emocionarse con una noticia, primero hay que abordarla con responsabilidad. No podemos dejar que la emocionalidad emerja sin fundamentos, porque eso no tendrá razón de ser; será algo espontáneo y costoso. Pero si primero somos responsables y después nos dejamos llevar por la emoción, está perfecto.

Lo que dijo el gobernador es concreto: los datos del mundo muestran que la gente vive, en promedio, 20 o 30 años más que antes. Al ganarle ese tiempo a la muerte, no hay sistema, pozo o recurso jubilatorio que alcance, en ningún país, para sostener las jubilaciones, retiros o pensiones. Esto no es un problema exclusivo de la Argentina, más allá de nuestra corrupción y los vaivenes del sistema previsional.

En el mundo, las personas mayores se van quedando más solas y con menos recursos para que se les paguen sus haberes. Ese es un gran problema que no se soluciona con proyectos demagógicos. Todo lo que se discute en el Congreso puede tener buenas o malas intenciones, pero darle un bono de 70 mil pesos un mes a un jubilado no le cambia la vida ni su realidad.

Hay que pensar cómo abordar esta cuestión: si una persona aún tiene talento, ¿por qué no puede ofrecerlo? Si todavía puede trabajar, ¿por qué debe jubilarse obligatoriamente a cierta edad? Hay que pensarlo racionalmente, no solo emocionalmente.

Si el sistema previsional argentino no resiste, las provincias hacen algo: centros para jubilados, atención en hospitales públicos, contención cuando no responde la obra social. Si no responden las provincias, lo hacen los municipios. Hay que generar redes: es una nueva realidad.

Del otro lado está la demagogia: jubilar a cualquiera, incluso sin aportes, y después ver de dónde sale la plata. Pero el dinero no surge de ningún lado más que de los impuestos, lo que obliga a aumentarlos. No es gratis ser populista, demagógico o chanta en la política argentina. La historia muestra gobiernos que metieron gente sin aportes al sistema jubilatorio y fueron aplaudidos, pero luego no hubo con qué pagarles y el país se quebró.

No se trata de estar en contra de los jubilados, sino en contra de la chantada y la demagogia.

Otra cosa que dijo Cornejo, poco común en un político, fue: “Cristina Kirchner en 2010 vetó el 82% móvil y después ganó con el 54%”. Hoy se fuerza una discusión para victimizar al gobierno nacional por vetar la ley de aumento a los jubilados, cuando en realidad es una medida de equilibrio y racionalidad, que debe pensarse más allá del amor u odio que pueda generar.

La racionalidad debe ir antes que la emoción. Y después, sí, emocionarnos cuando podamos brindar redes de contención para que todos estemos mejor en la Argentina.

Gracias.

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