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jueves, diciembre 4, 2025

El gran mensaje del Nobel a Venezuela, el mundo y también a la Argentina: nunca más autoritarismo

La líder democrática venezolana maría Corina Machado lucha por la reinstauración de las libertades en su país, pero significa un llamado a evolucionar en toda América Latina desde los caudillismos populistas autoritarios.

El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado representa una luz que se cuela por las rendijas de la oscuridad venezolana.

La dirigente opositora al chavismo es más que eso: Machado representa la cultura por la evolución hacia democracias de mayor intensidad y participación en el mundo, pero en particular, en la América Latina con su caudillismo residual que sigue produciendo estragos.

Para valorar a Corina Machado hay que distinguir contra quienes se enfrenta, quienes la persiguen. Se trata de un régimen abominable, que no llegó al poder como remedio contra la corrupción, pero que asumió para sí el espíritu mismo de lo que decía combatir.

El chavismo mostró en sus inicios una careta popular y progresista y, detrás de ella, se escondieron todas las peores prácticas e ideas que tiene el autoritarismo más crudo y duro que pueda conocerse.

Hemos entrevistado varias veces a Corina Machado y siempre dio un mensaje de esperanza, la idea de que la realidad de su país, pero no solo la propia, sino la de todos los autoritarismos disfrazados que persisten aferrados al poder, deben sucumbir.

La última vez que hablamos con ella lo hizo por un zoom con geolocalización tergiversada, desde la clandestinidad. La narcodictadura de Nicolás Maduro y sus amigos y aliados en Venezuela y el exterior, la prefiere callada; la quiere muerta. De allí que para comunicarse, debe hacerlo distrayéndoselas a los espías que la persiguen. Debe utilizar teléfonos descartables y locaciones montadas para ser desmontadas lo antes posible. Un horror, pero no tanto como el que sufren los millones de venezolanos que han tenido que huir de su propia tierra, porque se la ha apropiado una mafia que controla todos los resortes de la política.

Corina Machado representa mucho para Venezuela, pero también para el resto del mundo, incluyendo a la Argentina, en donde los partidarios del pensamiento de Maduro están «a tiro de elecciones» y pueden volver ante alguna distracción absurda de la sociedad. 

Que le hayan otorgado el Premio Nobel de la Paz es una muy buena señal, además de que debería levantarse como un escudo protector de su persona y multiplicador de su mensaje: la democracia real triunfará.

El discurso completo (textual) del Comité Nobel

«El comité ha decidido otorgar el Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado por su trabajo incansable al promover derechos democráticos al pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia. Como líder de las fuerzas democráticas de Venezuela, María Corina Machado es una de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en tiempos recientes. 

La señora Machado ha sido una figura clave y unificadora de la oposición que estuvo profundamente dividida; una oposición que encontró terreno común en la demanda de elecciones libres y gobierno representativo. Esto es precisamente lo que está en el corazón de la democracia, nuestra voluntad compartida de defender los principios de la norma popular, aunque estemos en desacuerdo. En un momento en que la democracia está bajo amenaza, es más importante que nunca defender este terreno común. 

Venezuela ha evolucionado de ser un país con una democracia relativamente próspera a un brutal Estado autoritario que ahora sufre una crisis humanitaria y económica. La mayoría de los venezolanos viven en profunda pobreza, mientras los pocos en la cúpula se enriquecen. 

La violenta maquinaria del Estado es dirigida en contra de su propia población. Cerca de 8 millones de personas se han ido del país. La oposición ha sido sistemáticamente reprimida por fraude electoral, procesamiento legal y aprisionamiento. El régimen autoritario venezolano hace el trabajo político extremadamente peligroso. 

Como fundadora de Súmate, una organización dedicada al desarrollo democrático, la señora Machado se levantó por elecciones libres y democráticas más de 20 años antes. Como ella dijo: fue una elección de papeletas sobre balas. En el cargo político, y en su servicio, desde organizaciones desde entonces, la señora Machado ha hablado en favor de independencia judicial, derechos humanos y representación popular. Ha durado años trabajando por la libertad del pueblo venezolano. 

En la vanguardia de la elección de 2024, la señora Machado fue la candidata presidencial de la oposición, pero el régimen bloqueó su candidatura. Entonces apoyó a un representante de un partido diferente, Edmundo González Urrutia en la elección. 

Cientos de miles de voluntarios se movilizaron sin importar las divisiones políticas, se entrenaron como observadores electorales para asegurar una elección transparente y justa, a pesar del riesgo de acoso, arresto y tortura, los ciudadanos de todo el país vigilaron los centros de votación. Se aseguraron que las actas fueran documentadas antes de que el régimen pudiera destruir las papeletas y mintiera sobre el resultado. 

El esfuerzo de la oposición colectiva antes y durante la elección fue innovador y valiente; pacífico y democrático. La oposición obtuvo apoyo internacional cuando sus líderes publicaron las actas de votación que fue recogida de los distritos de votación del país, mostrando que la oposición había ganado por amplio margen. Pero el régimen se rehusó a aceptar los resultados electorales y se aferró al poder. 

La democracia es una pre condición para la paz duradera. Sin embargo, vivimos en un mundo donde la democracia está en retirada, donde más regímenes autoritarios están desafiando la norma y recurriendo a la violencia. El rígido control del poder por parte del régimen venezolano y la represión de su población no son únicas en el mundo. Vemos las mismas tendencias globalmente: la regla de la ley abusada por aquellos en control, los medios libres silenciados, los críticos encarcelados y las sociedades empujadas hacia un gobierno autoritario y militarización. 

En 2024, se realizaron más elecciones que nunca, pero cada vez menos son libres y justas. En su larga historia, el comité noruego del Nobel ha honrado a mujeres y hombres valientes que se han levantado contra la represión, que han llevado esperanza de libertad a celdas de prisión, a las calles y a las plazas públicas. Han mostrado con sus acciones que la resistencia pacífica puede cambiar el mundo. 

Durante este año pasado, la señora Machado ha sido forzada a vivir en la clandestinidad. A pesar de serias amenazas contra su vida, se ha mantenido en el país. Una decisión que ha inspirado a millones. Cuando los autoritarios cedan el poder, es crucial reconocer a los corajudos defensores de la libertad, que se levantan y resisten. La democracia depende de la gente, que se rehúsa a mantener en silencio, que se atreven a dar un paso al frente, a pesar de grandes riesgos. 

Nos recuerda que la libertad no debe nunca tomarse por sentado, sino que siempre debe ser defendida, con palabras, coraje y determinación. María Corina Machado cumple con los tres criterios establecidos en el testamento de Alfred Nobel para esta elección de un premio Nobel de la Paz. Ella ha unido la oposición de su país, nunca ha renunciado a resistir la militarización de la sociedad venezolana, ha sido firme en su apoyo de una transición democrática en paz. 

María Corina Machado ha demostrado que las herramientas de la democracia son también las herramientas de la paz. Ella incorpora la esperanza de un futuro diferente, uno donde los derechos fundamentales de los ciudadanos son protegidos y sus voces son escuchadas. En este futuro, el pueblo será finalmente libre de vivir en paz.»

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