El sociólogo de Princeton y galardonado con el Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales advierte sobre los peligros de las políticas migratorias basadas en prejuicios y no en datos. «Estamos desperdiciando una oportunidad histórica», afirmó en diálogo exclusivo.
El reconocido sociólogo estadounidense Douglas Massey, profesor en la Universidad de Princeton y también en la Universidad de Pensilvania, fue recientemente distinguido con el Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales, uno de los galardones más prestigiosos del mundo académico. En una entrevista exclusiva, Massey reflexionó sobre los desafíos globales en materia de migración, la importancia de la demografía en el diseño de políticas públicas, y cómo el discurso político dominante muchas veces se aleja de la evidencia científica.
«Todos los estudios demográficos indican que los inmigrantes representan un beneficio neto para los países receptores», aseguró Massey, aunque también advirtió que «hay costos iniciales que deben afrontarse, especialmente en las localidades que los reciben».
El académico subrayó que el problema político de fondo no es técnico, sino moral y estratégico: “Debemos invertir en el presente para cosechar beneficios en el futuro. Pero muchos líderes prefieren demonizar a los migrantes en vez de asumir esa responsabilidad”.
Para Massey, el fenómeno migratorio debe abordarse de forma colectiva: “Un solo país no puede ser el destino de todos los migrantes del mundo. Necesitamos una solución política multinacional que invierta en las zonas de destino y facilite la integración”. Según explicó, la falta de acuerdos internacionales y la creciente ola de políticas nativistas y xenófobas —desde Estados Unidos hasta Europa del Este— están agravando una crisis que, bien gestionada, podría representar una oportunidad para los países envejecidos.
Durante la presidencia de Donald Trump, recordó, se endurecieron las medidas contra migrantes tanto documentados como indocumentados. “Fue una ofensiva generalizada, parte de una reacción global contra la globalización”, expresó Massey. Y añadió: “La política restrictiva actual responde más a miedos e inseguridades económicas que a datos reales”.
El premio otorgado por la Corona Española lo toma, más que como un reconocimiento, como una responsabilidad. “Este galardón me brinda una plataforma más amplia para difundir mis ideas y contribuir a mejorar las condiciones de los migrantes, así como de los países que los reciben”, afirmó. Y remató: “Es crucial que las políticas públicas se basen en evidencia, no en mitos ni prejuicios”.
Finalmente, Massey reiteró una idea que atraviesa todo su trabajo: las sociedades desarrolladas están envejeciendo. Sin inmigración, sus economías y sistemas de bienestar se verán comprometidos. “Los países necesitan inmigrantes jóvenes para seguir creciendo. Estamos desperdiciando una oportunidad histórica por culpa de decisiones políticas mal orientadas”.
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