Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina, respaldó en declaraciones a Radio Post la iniciativa legislativa del diputado nacional Damián Arabia (PRO) que propone eliminar la ley que dio origen a la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar). Según afirmó, el plan estratégico que justificaba su existencia ya se cumplió —o, más precisamente, se agotó sin cumplir sus objetivos— y hoy los aportes obligatorios que realizan las bodegas carecen de sentido.
“La ley que creó la Coviar tenía como objetivo ejecutar el Plan Estratégico Vitivinícola 2020 (PEVI). Ese plan terminó. Fueron 16 años de aportes y esfuerzos. Se intentó continuar con otros documentos, pero lo concreto es que el plan original concluyó, y con él debió haberse cerrado también la Coviar”, explicó Kuret.
Desde el sector privado sostienen que los resultados del PEVI fueron insuficientes. El crecimiento de la participación de los vinos argentinos en el mercado mundial no alcanzó los niveles previstos, y la facturación no se aproximó ni siquiera a un tercio de los objetivos. “No se cumplieron metas clave como el aumento del consumo interno o el posicionamiento internacional. Por eso creemos que no debemos seguir aportando compulsivamente”, dijo.
Kuret fue enfático al señalar que parte del malestar de las bodegas proviene del uso que Coviar hizo de los fondos aportados. “Nunca estuvimos de acuerdo con que el dinero fuera destinado a eventos políticos como el desayuno de Vendimia, o a promocionar a la propia Coviar en lugar de promocionar el vino argentino en el exterior”, detalló.
Además, denunció el uso de recursos para contratar lobistas y periodistas, lo que considera una desviación de los fines fundacionales. “Coviar contrató personas en Buenos Aires para hacer lobby político. También se gastó en promoción en la prensa. No es ilegal, pero no es lo que las bodegas esperaban cuando aceptaron contribuir”, subrayó.
Consultado sobre por qué no alzaron la voz antes, Kuret indicó que Bodegas de Argentina sí lo hizo, pero al no lograr cambios desde dentro de la organización, terminó por retirarse. “Participamos activamente, rotamos representantes, debatimos. Pero cuando vimos que no podíamos cambiar el rumbo, dejamos de asistir. Alrededor del 40% del aporte proviene de nuestras empresas socias”, indicó.
El ejecutivo también cuestionó el uso de los fondos actuales para defender la propia supervivencia de Coviar. “Se volvió una institución que se defiende a sí misma, como si fuera una cámara gremial. Pero nació para ejecutar un plan que ya no existe. Y hoy sigue cobrando aportes de forma compulsiva a través del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), incluso inmovilizando a bodegas que no pagan”.
Kuret lamentó que hasta ahora ningún diputado nacional por Mendoza haya impulsado activamente la derogación. “Lo venimos hablando desde 2020 con legisladores nacionales y provinciales. Si no está en la agenda, es porque deciden no ponerlo. Algunos consideran que es un problema de un porteño, pero eso no es así. Este es un tema que afecta directamente al corazón productivo de Mendoza y de otras provincias vitivinícolas”.
La conducción de Bodegas de Argentina, presidida por Walter Bressia, ha mantenido una postura firme. Aunque el propio Bressia no estuvo disponible para la entrevista, Kuret aseguró que ambos voceros han participado de múltiples diálogos con los medios. “Estamos muy ocupados, pero el tema lo venimos explicando desde hace tiempo. No es nuevo”.
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