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jueves, diciembre 4, 2025

Carlos Varela Álvarez: “Defendí a inocentes, culpables y a la justicia misma”

El abogado mendocino con más casos resonantes del país repasa su trayectoria, los juicios que marcaron a la sociedad y su rol en la defensa de derechos humanos, incluso en los momentos más oscuros de la democracia.

Carlos Varela Álvarez no necesita presentación en los tribunales de Mendoza ni en los juzgados federales del país. Con una carrera que atraviesa décadas y toca los casos más impactantes de la historia judicial argentina reciente, el abogado habló con «Tenés que Saberlo«, que se emite por Radio Post 92.1 de lunes a viernes de 7 a 10 hs., sobre los hitos de su carrera, sus libros y la deuda pendiente de la justicia argentina con la verdad.

Desde su participación en casos como la desaparición de Sebastián Bordón o el asesinato de Nito Neme, hasta la defensa de figuras polémicas como el “Rengo” Aguilera, Flamarique o incluso implicados en el escándalo del Instituto Próvolo, Varela Álvarez no esquiva ningún tema. “A veces la prensa no entiende que todos tienen derecho a una defensa, incluso los que más repudio generan”, sostiene.

Los crímenes que conmovieron a Mendoza

En su repaso por los casos más dolorosos de la provincia, Varela recuerda con detalle el asesinato de Nito Neme, un joven acribillado por una banda vinculada a fuerzas policiales. “La Corte Suprema anuló la condena en el primer juicio por tecnicismos y en el segundo fueron absueltos. Fue un golpe muy duro para la familia y para la justicia”.

También habló del caso de Garrido y Baigorria, secuestrados a plena luz del día en el Parque General San Martín en plena democracia. “Fueron los primeros desaparecidos en democracia. Solo una placa en la ex sede de Investigaciones recuerda su paso por allí”.

Y por supuesto, el caso de Sebastián Bordón, estudiante asesinado en un viaje de egresados. “Mientras estábamos trabajando el caso nos vaciaron el estudio jurídico. Fue un mensaje claro. Sabían lo que estábamos tocando”.

Del derecho penal a la lucha por los derechos humanos

Durante la charla, Varela recuerda cómo la policía y la justicia de Mendoza arrastraban los vicios de la dictadura aún bien entrado el siglo XXI. “Recién en 2000-2001 empezamos a ver cambios reales. Hasta entonces, muchos jueces y policías eran remanentes del régimen militar”.

Participó en causas de lesa humanidad, como los juicios contra los ex jueces Miret y Romano, y también trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, defendiendo a ciudadanos argentinos varados fuera del país durante la pandemia. “No había mucho laburo como abogado en pandemia, así que empecé a hacer presentaciones para que pudieran volver. Fue ad honorem, pero muy gratificante”.

El lado más polémico: armas, poder y corrupción

Entre los casos más controversiales figura el de Monzer Al Kassar, traficante de armas sirio vinculado a la política argentina en los ‘90. Varela lo conoció por contactos en Chile y terminó defendiéndolo en Argentina. “Era una figura seductora, poderosa. En su casa en Marbella tenía fotos mías por todos lados. Pero cuando me iba, las reemplazaban por fotos del próximo visitante”.

El caso estalló cuando su esposa, Ragda Jabal, solicitó la visa estadounidense tras nacionalizarse argentina en tiempo récord. “La maniobra fue tan burda que generó una crisis política. Ahí se cruzaban intereses diplomáticos, negocios y favores que hoy nos parecen impensables”.

También fue abogado en la causa Banelco, defendiendo al entonces ministro Alberto Flamarique, acusado de intentar sobornar senadores para aprobar la reforma laboral. “Ahí pude interrogar a toda la clase política: Chacho Álvarez, Palito Ortega, Carrió, Estorani. Fue un juicio bisagra. Para mí, una experiencia única”.

¿Qué pasó con Marita Verón?

Otro caso que lo marcó fue la desaparición de Marita Verón en Tucumán. “No había ley de trata aún, se la trataba como secuestro. Lo más duro fue que no existían protocolos para interrogar a las víctimas. Fue un proceso durísimo, con fallos, absoluciones y finalmente condenas. Pero fue el principio de una nueva legislación”.

¿Y la justicia hoy?

Para Varela, la justicia argentina mejoró, pero la impunidad sigue siendo su gran deuda. “Hay casos sin resolver. Sabemos que la policía sigue destruyendo escenas del crimen, las cárceles están saturadas y muchas veces no hay oportunidades reales de reinserción. La cárcel, si no transforma, no sirve”.

El juicio por jurados, la intervención de fiscales en las investigaciones y cierta modernización han traído mejoras, pero no alcanza. “Seguimos sin resolver casos emblemáticos como Guardati o Marita. Hay avances, pero falta decisión política y judicial para llegar al fondo”.

La literatura como forma de memoria

Recientemente, Varela presentó dos libros: «Por las fronteras de la ley. Historia de mis casos penales» y «Take Away. Historia de nuestros encierros». El primero recopila sus casos más emblemáticos; el segundo, una crónica íntima sobre la pandemia y sus efectos personales y sociales. “Todos tenemos un libro que escribir sobre la pandemia. El mío mezcla memorias, viajes frustrados y una crítica al encierro institucional”.

¿Y Nisman?

Sobre el caso del fiscal Alberto Nisman, Varela prefiere hablar con prudencia: “Mi opinión, como lector, es que fue un asesinato. Pero no tengo todas las actuaciones. No me gusta cuando los abogados opinan con certeza sobre algo que no conocen a fondo. Los casos mediáticos están llenos de humo”.

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