Acá me tomo unos minutitos para contarles algo, para dar mi opinión, para hacer un poco de editorial, y para ver si ustedes están de acuerdo o no. Porque estaría bueno que discutamos sobre los temas, que se enganchen o no.

Hoy estoy planteando algo que he estado hablando durante todo el fin de semana, porque nosotros también laburamos los fines de semana, aunque no lo parezca. Todos tenemos nuestros contactos, diálogos, y el fin de semana es más fácil acceder a funcionarios, a personas relevantes, a dirigentes empresariales también, no solo a políticos. Y bueno, hay un dato que está picando por allí, rebotando, y es que al gobierno de Cornejo le está haciendo falta, para envalentonarse, para activarse, para ordenarse de alguna manera dentro de su estructura, una oposición coherente. Una oposición con mayor claridad, una oposición respetable que, de alguna manera, y ustedes tal vez me den la razón en esto, le meta miedo.

¿Quién le mete miedo a Cornejo mirando las próximas elecciones? Nadie, básicamente. Por lo tanto, también tiene esa libertad, una libertad que es condicional porque tiene libertad, se lo puede ver muy suelto, haciendo lo que quiere, o a lo mejor haciendo menos de lo que esperábamos que hicieran sus funcionarios. Y eso responde precisamente a que no hay presión, no hay quien le meta presión. No se ve en el horizonte una sustitución de partido. E inclusive, en cualquier momento, empezamos a entretenernos a ver si es Petri, si es Tadeo García Zalazar, si es Ulpiano Suárez, y no vamos a hablar de opositores porque lo demás nos va a parecer anecdótico. El peronismo salió cuarto, la peor elección de su historia. La única oposición que se había armado, la de la Unión Mendocina, hoy no se sabe si es la Unión Mendocina, si es La Libertad Avanza, si es el Partido Demócrata, si es el grupito de esta chica Arrieta, o qué es lo que es. O dónde están los mauristas, porque también estaban allí. Entonces, no se sabe si vuelven al peronismo o se quedan en un grupete como el que perdió las últimas elecciones. No hay coherencia.

Y si los referentes que empieza a lanzar la oposición no mantienen puntos de vista clarísimos sobre temas económicos, políticos, sociales, proyectos que sean útiles y no solamente proyectos de «veríamos con agrado que…», «o sería muy bonito que…», «o nos gustaría tal cosa o cual otra…», sino que, más que deseos, planteen situaciones muy concretas para que Mendoza se reactive, salga adelante y que la gente viva feliz todos los días… Bueno, esos no van a servir ni como alternativa, pero tampoco hoy en día, miren, más de 3 años antes de las elecciones, no sirven como acicate, como incentivo para que el gobierno de Alfredo Cornejo, su segundo gobierno, vaya para adelante con un buen rumbo, directo, con mucha velocidad y con desafíos clarísimos.

¿Qué está pasando? Y es algo que vemos a diario: hay muchos funcionarios, y con esto no quiero puntualizar en qué niveles de funcionarios, porque tal vez no son los ministros, pero hay muchos que no saben qué hacer. Se los van a cruzar en cualquier parte, desconcertados de alguna manera o sin nada que hacer, no tienen tarea. Esto nos pasa a todos nosotros, ¿por qué no contarlo? No porque por ahí se enojan cuando lo contamos, pero lo estamos viendo. Se los ve sin saber para dónde rumbear, y les está faltando, en todo caso, no solamente probablemente que algún jefe les diga lo que tienen que hacer, sino también una oposición que los controle más directamente.

Pero miren, no me puede venir un opositor que le debe todos los impuestos al Estado, como el que hablamos la semana pasada, un diputado cuyo apellido es Vicky, a marcar la pauta al resto cuando no tiene autoridad personal para hacerlo. Entonces, de ese estilo no nos hacen falta. Gritones escandalosos tampoco hacen falta. Hacen falta los que vayan directamente al nervio, porque cuando te tocan el nervio, ahí sí que te movés. Cuando te tocan el nervio de una muela, ahí sí que vas al dentista al que habías estado negando.

Bueno, está haciendo falta una oposición quirúrgica, seria, coherente, responsable, dedicada, capaz de ser alternancia en el poder. ¿Para qué? Para que se active el gobierno, para que se sienta controlado y para que le tenga miedo a otros partidos de poder perder la próxima elección. Hace falta eso. Nos está faltando esa chispa en la vida diaria de Mendoza y es una tarea que hay que hacer, porque no hay buen gobierno si no hay buena oposición.

Básicamente, eso es lo que quería preguntarles a ustedes: ¿están de acuerdo o no con este planteo? Hablemos un poco durante la mañana.