La diputada nacional Lourdes Arrieta ha generado polémica no solo por su falta de asistencia a las comisiones de la Cámara baja, como aseguran sus colegas en off the récord, sino también por su confusa comprensión de su rol. Sus respuestas indican que está más centrada en afiliar gente para formar un partido que en sus deberes legislativos.
Arrieta ha mostrado un claro desprecio hacia los medios de comunicación, a quienes culpa por no haberla contratado tras recibirse. Sin embargo, lo más llamativo es su visita a la cárcel para ver a criminales condenados por participar en un golpe de Estado y liderar bandas delictivas desde el poder, responsables de secuestros, asesinatos, robos y desapariciones forzadas.
Para contradecir a sectores políticos, se esperaría que Arrieta tenga un conocimiento sólido de la historia, algo que se enseña en las escuelas. Sin embargo, hoy afirmó que no conoce la historia de los criminales que visitó y que quería escucharla «de primera mano». Este argumento es cuestionable, ya que cualquier persona con educación básica debería estar familiarizada con los hechos históricos documentados.
En el Aeropuerto de El Plumerillo, donde se retrasó su vuelo a Buenos Aires, Arrieta fue abordada por los medios y ofreció cuatro versiones diferentes sobre su visita a los criminales:
- Fue engañada por sus colegas de bancada de La Libertad Avanza.
- Pensó que se trataba de una «visita humanitaria».
- Quería «conocer la historia de primera mano» y escuchó a Alfredo Astiz, condenado a prisión perpetua por sus crímenes.
- No sabía quién era Astiz.
Arrieta también se quejó de la falta de apoyo dentro de su bloque. Este episodio refuerza la necesidad de mecanismos para que la ciudadanía pueda corregir sus errores al votar y revocar mandatos si es necesario.
