Experto en seguridad e inteligencia. Universidad Autónoma de Madrid. Los atentados cometidos por personas solitarias en Europa, en foco. Una entrevistad en «Tormenta de ideas», por MDZ Radio.

Los últimos atentados en Europa parecen haber generado un éxito rotundo del terrorismo islámico: todo el mundo tiene miedo de que algo le pase en cualquier lugar, en medio de la vida cotidiana. Sin embargo, la duda es si los casos son los usuales ampliados por los medios de comunicación ante la amenaza yihadista o si se trata de atentados organizados y con el objeto de sembrar el terror.

Hablamos para conocer un poco más sobre lo que está pasando, con Fernando Cocho, experto en inteligencia y crímenes de odio de la Universidad Autónoma de Madrid.

fernando cocho

– ¿Por qué están pasando estos atentados con «lobos solitarios»? ¿Son eventos contagiosos? ¿De qué manera se puede apelar a prevenirlos? ¿Se trata de personas con alteraciones mentales o terroristas, o los segundos son los primeros exaltados y con alguna causa perdida como bandera? Nos surgen muchas preguntas a raíz de la reiteración de casos en el mundo.

– Si hablamos de lo ocurrido en Múnich, puede ser un loco, un enajenado, que Dios sabe qué es lo que lo ha llevado a esta situación. Los delitos de odio, de radicalización o modelos de comportamiento que se asimilan a lo que podemos llamar como terrorismo yihadista o radical, no se pueden prevenir, no se pueden predecir. Tienen procesos de radicalización muy divergentes y complicados. Yo creo que en este caso, afortunadamente era un loco, pero no podemos descartar que en el futuro, la simpatía de gente enajenada o que esté a punto de radicalizarse, lo tomen como ejemplo para esos dos segundos, dos minutos o dos horas de fama que reclaman.

– ¿No se puede prevenir de ninguna manera?

– Es muy difícil prevenir este tipo de radicalización. Con mayor cultura, con mayor prevención social, con mayor integración de valores democráticos y esperar que haya menos locos por la calle, nada más.

– El tema a discutir es de qué manera estar preparados para esto y que el pánico no cunda. ¿Acaso no es un éxito del terrorismo que nosotros estemos hablando de esto en este momento?

– Absolutamente. El terror hoy, con las redes sociales y la globalización de los medios de comunicación, hace que cualquier acción en cualquier parte del mundo en muy poco tiempo quede reflejada por los medios de comunicación en cualquier parte. Sí, es un éxito del terror. Y es un éxito de la violenta el poder amedrentar y hacer que nos dé miedo salir a la calle. Pero yo creo que lo que hay que hacer es lo contrario, precisamente. Ser conscientes de que incluso en esa hipótesis de radicalización, se trata de poca gente, son enajenados y no debemos tener miedo. Debemos confiar en las fuerzas policiales y servicios de inteligencia y, en el caso de estos locos, pues bvuieno, hacer labores sociales, de control médico, para que no accedan a las armas y a la violencia. Antiguamente había otro tipo de violencia y ahora es con armas de fuego.

– También habría que hacer algo para evitar la disponibilidad de armas de fuego, que son tan fáciles de conseguir.

– Por supuesto, eso es lo primero. Sin llegar al radicalismo total que hay en Estados Unidos, en donde con poco más que el carnet de identidad puedes comprarte todas las armas que quieras, pero hay que controlar quién llega, por qué llega y cómo llega a las armas. Por ejemplo, en España es extremadamente complejo acceder a una arma de fuego, afortunadamente, inclusive para defensa propia hay que justificarlo en forma muy pero muy prolífica y hacen un seguimiento cada dos años de renovación de esa licencia.

– Los crímenes como el de Múnich y la masacre de Oslo, ¿tienen a generar una conducta repetitiva en aquellas personas que tienen un pensamiento similar?

– Así es. Aunque los mal llamados «lobos solitarios» son gente que tiene un proceso de radicalización que en este caso las redes sociales y la publicidad les favorece sus conflictos mentales que ya tienen previamente, los favorece, y luego salen a buscar una excusa para justificar sus problemas o su manera de pensar. Si en este caso se encuentra un terreno fértil en lo religioso, tendremos algo parecido a las naciones arias en EEUU con relaciones políticas o algo parecido a la extrema derecha en Europa. Si es una visión solo religiosa, de corte musulmán, tendríamos una reacción yihadista. Lo que tenemos en Múnich, tenemos un alterado que era de origen iraní, que se sentía alemán y que por algún motivo, un «techo de cristal» cultural o un conflicto cultural puntual, lo ha hecho desbordar su patología seguramente previa.

– ¿Hay algunas razones para que este tipo de crímenes ocurran en algunos países y en otros no?

– Sí. Hay motivos. En algunos casos, aquellos en los que la integración no ha sido del todo correcta, pudieran generar mayor conflcito. Aquellos en los que hay un «techo de cristal», es decir, les decimos que son iguales a nosotros pero no les permitimos ascender en la escala social, puede general conflicto.

– ¿Por qué dijo que son mal llamados como «lobos solitarios»?

– Es una opinión personal. Se les llama «lobos solitarios» porque no van en grupos, aparentemente aparecen de la noche a la mañana. Pero recordemos que para hacer un atentado terrorista, no la acción del pobre enajenado de Múnich, se necesita una infraestructura y una logística mínimas, un proceso de acompañamiento. uno no lo hace normalmente solo: requiere un clan, una camarilla o un grupo social en el que se fomenten esas ideas y allí se radicalizan. Es decir: podemos decir que son solitarios porque se mueven solos, pero no nacen de la nada. Tiene que haber un entorno fértil mínimo. En el caso de la radicalización islámica o yihadista, son grupos de 3 o 5, depende del caso. Cuando los atentados son en Asia, hay más gente. En Europa requieren de menos gente porque es complicado encontrar personas disponibles para hacer atentados terroristas. En el caso de Oslo, hace algunos años, allí sí fue un «lobo solitario» que se preparó durante varios años con sus propios manifiestos que publicó en la red. No podemos controlar todas las redes sociales ni todo lo que dice la gente que va a hacer, porque el pensamiento es libre; es la acción la que es un delito. No podemos calificar como «pre crimen» a todo aquel que diga que va a poner una bomba. No se le puede procesar o perseguirle. «Lobo solitario» en tanto que lo hace un individuo, pero nace de una camada.

– ¿Cómo hace la Inteligencia para detectarlos, ya que hay una escalada mundial?

– Me remitiría a la Historia, a leer lo que ha ocurrido en Europa y en América Latina, pero también en los Estados Unidos en los años 70. Los «Panteras negras», los procesos de radicalización de corte cultural o religioso, eventos sociales que se radicalizaron en todos estos países. ¿Qué podemos hacer? Dotar a las fuerza sde seguridad de metodología no tanto policiales como de inteligencia. Eso implica penetración social, concienciación social y democracia. Ante mayor radicalización, mayor democracia para enfrentar este proceso que es muy multifacético, es como una Hydra con las redes sociales. Es muy difícil lograr predecir estos cambios sociales. Hay que monitorear las redes sociales de quienes proponen medidas racistas, xenófobos, totalitarios. No permitir que germinen. Es la única manera y lleva un tiempo.