Vamos con unos minutitos para reflexionar. Bueno, en primer lugar, pongamos en foco la situación: hay gente que está atentando contra el sistema democrático, contra las garantías constitucionales, que son básicamente el molde en donde podemos ponernos cómodos y aguantar todas las “piñas” que nos vengan desde los gobiernos, los partidos, la economía o desde donde sea. Básicamente, necesitamos un sistema constitucional. Cuando empiezan a haber trabas por algunos costados, empezamos a correr riesgos, todos, absolutamente todos, seamos partidarios o no.

Aquí está sucediendo algo grave: dos sectores, uno que gobierna y otro que no, están tentando, citando o invocando de alguna manera a los demonios. Por ejemplo, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, ha dicho que el gobierno de Milei «se tiene que ir». No es la primera vez que lo dice. ¿Quién es Quintela para decir que Milei se tiene que ir? Básicamente, ¿qué méritos tiene? ¿A quién representa? Si ni siquiera pudo presidir su partido porque lo bajaron en el escritorio.

¿Quién es Quintela para exigirle a Milei que gobierne bien cuando lleva un año de gobierno, mientras él, que está buscando la reelección, tiene a su provincia en cesación de pagos? Básicamente, se paga con billetes falsos o cuasimonedas en la provincia de La Rioja. Lo que dice es de una altísima irresponsabilidad. Imagínense que siempre hay dirigentes políticos rodeados de tontos, y esos tontos, cuando escuchan frases como esta, no entienden las metáforas. Piensan que es real, que el gobierno se tiene que ir, y que hay que hacer algo para que eso suceda. Es muy peligroso lo que está haciendo.

Pero vamos al otro lado, al gobierno, al presidente Milei. Milei tiene su equipo más o menos armado «a los ponchazos». Le ha costado porque no tenía experiencia, no tiene gobernadores, no tiene intendentes, no tiene legisladores nacionales. Sin embargo, ha logrado, en función de la negociación política que aprendió a hacer, sacar algunas leyes que le hacían falta en el Congreso. Pero su militancia es rara, digámoslo. Básicamente, es muy rara, y cuando trata de volverse orgánica, se vuelve aún más rara.

¿Por qué digo esto? Bueno, apareció un tal Daniel Parisini, conocido como «El Gordo Dan» (popularmente, entre comillas). Toda la militancia de esta persona transcurre en Twitter. No sé si todos ustedes están viendo Twitter, pero en Mendoza hay muy poca actividad en esa red social. Básicamente, no sé si lo que se diga ahí tiene un impacto tan grande. Hay gente que ha sido candidata y, aunque tiene 15.000 seguidores en Twitter, no la votaron ni 10.000 personas. Es decir, tienen miles de «me gusta» en esa plataforma, pero frente a las urnas, son un chasco, política y socialmente.

Pero hay que hablar de esto. Quiero centralizar y detenerme porque es grave que pasen estas cosas, tanto lo de Quintela como lo de este tal «Gordo Dan». El fanatismo tiene una prima hermana que se llama exaltación. Son las formas más fáciles de promover una idea. ¿Por qué? Porque lo realmente difícil y complejo es ser mesurado, racional, serio y coherente. Lo más fácil es ser fanático y exaltarse.

¿Qué hace el fanático? No te da argumentos, levanta banderas, agita, toca el bombo, grita, hace cosas en función de lo que cree. Pero no le pidas una explicación porque no te la va a dar, ni siquiera sabe qué está haciendo. Es fanático porque sí. Básicamente, el fanático no reflexiona, no piensa, simplemente repite como loro y defiende su bandera aunque no sepa por qué.

Esto lo pueden ver en distintos ámbitos de la vida: fanáticos del fútbol, de series, de música, y claro, de política. Lo hacen solo por vanidad o competencia, para decir «yo soy parte de este grupo y compito contra el otro». El exaltado no usa el cerebro, usa la fuerza. Y cuando ambas condiciones se juntan en un político, surgen situaciones de las que la historia se ha avergonzado.

Esto lo digo porque «El Gordo Dan» dijo que creaba una agrupación dentro del partido, llamada «Las Fuerzas del Cielo», como brazo armado. Esto es una barbaridad. En Argentina, que ya ha tenido varios brazos armados en su historia, las consecuencias han sido horribles. Si esto es cierto, es horrible, y la justicia debería actuar. Si es una metáfora, también está mal porque hay tontos que creerán que es real y que deben usar armas para defender su posición.

Esto ya lo vivimos. Hay una lección aprendida en Argentina… ¿o no? Señores, Milei no tiene legisladores, gobernadores ni intendentes. ¿Cómo van a tener una agrupación irregular armada? Es una estupidez tremenda. Yo calculo que fue una exaltación, una metáfora, pero está muy mal utilizada.

Cuestión aparte, la estética del acto fue absolutamente fascista, al mejor estilo Mussolini. No quisiera decir Hitler porque es muy fuerte, pero ustedes pueden ver los videos en memo.com.ar. El lanzamiento del brazo armado del partido es una barbaridad, tanto la idea en sí, si es verdad, como el uso de la metáfora. Ambas cosas confrontan contra el buen vivir y la tranquilidad de los argentinos. Están equivocados.