En los últimos días, se reavivó el debate en Argentina en torno a un tema candente: el divorcio express o simplificado. Este proyecto de ley, que comenzó a discutirse el año pasado en el marco de la ley Ómnibus impulsada por el presidente Javier Milei, busca desburocratizar los procesos de separación legal y permitir que algunas parejas puedan divorciarse de manera ágil y sin demasiados trámites. Sin embargo, la propuesta ha generado una tormenta de opiniones, especialmente en el ámbito de los abogados.

Los primeros en expresar su rechazo al divorcio simplificado fueron los abogados de la Ciudad de Buenos Aires, quienes ven en esta iniciativa una amenaza a su campo de trabajo y un cuestionamiento al valor de su rol profesional. Con esta ley, se pondrían en tela de juicio muchos de los procesos legales que hoy garantizan un ingreso constante para los profesionales del derecho, lo que lleva a cuestionarse el propósito de la labor del abogado: ¿resolver problemas o, a veces, agravarlos?

La medida está diseñada para matrimonios sin hijos ni bienes en común, permitiendo que las parejas que deseen separarse puedan hacerlo en el registro civil, sin la necesidad de entrar en engorrosos procesos judiciales. Al respecto, la reconocida jurista Graciela Medina, experta en derecho de familia y referente mundial en la materia, comentó: “No hay que preocuparse por este cambio; los abogados deberían dejar de ser tan sensibles al cambio. Hay temas que seguirán requiriendo asistencia legal, como la división de bienes y la tenencia de los hijos”.

Sin embargo, el divorcio express abre una reflexión más amplia: ¿cuántas cosas en la vida son innecesariamente complicadas por el peso de la burocracia y los intereses corporativos? En un mundo donde se promueven instancias de mediación y resolución alternativa de conflictos, muchos se preguntan si este cambio es una evolución o un riesgo. Para los matrimonios sin hijos ni propiedades, la posibilidad de divorciarse con facilidad puede representar una liberación. El proyecto simplificaría el trámite, brindando a estas parejas una opción más amigable y rápida.

Si la ley es aprobada, marcará un avance nacional importante, apoyado por abogados más progresistas y aplaudido por sectores que buscan simplificar sus vidas.