Reflexionemos un poco sobre algunos de los temas que nos atañen. Arrancamos contando que el gobierno se ha preocupado por lo que viene con el dengue, una enfermedad que todos esperamos se controle. Sabemos que en Mendoza no incide tanto, pero en otras provincias la situación es mucho peor. Los que viajan lo saben; la cantidad de mosquitos en lugares como San Luis, Córdoba o Buenos Aires es impresionante. Parece una escena de Guerra Mundial Z donde los mosquitos, como zombies, intentan meterse en tu auto.
Ahora, ¿es solo responsabilidad del gobierno? No. Hay una especie de «pequeño soviético estúpido» que late en cada uno de nosotros, esa idea de que el Estado debe encargarse de todo. Esto quedó evidenciado durante la pandemia, cuando nos decÃan qué podÃamos y qué no podÃamos hacer. Exageraron muchÃsimo: para ir a comprar tenÃas que revisar si tu DNI terminaba en par o impar, y el debate sobre las vacunas fue otro ejemplo. ¿Realmente a alguien le gustó esa sensación de control total?
Conozco gente que sÃ, que cree que ahora deberÃa pasar lo mismo, que se quedan sentados, tomando mate o un porrón, esperando que el gobierno les diga hasta cómo sentarse. Pero el gobierno no tiene que repartir espirales ni pastillas en cada casa. Debemos ser responsables de nuestra propia vida y la de nuestra familia. No podemos delegar todo en el Estado.
Vivimos en un paÃs donde nos han lavado el cerebro con la idea de que el Estado debe hacer todo. Nos quedamos esperando, como si fuéramos niños, a que nos digan qué hacer, que nos alimenten, que nos abrigan si tenemos frÃo. Incluso hay personas que, apoyadas sobre una escoba, se quejan de que la acequia está sucia, pero no la limpian.
¿Sabés lo que cuesta limpiar un kilómetro de acequia en Mendoza? Es muchÃsima plata, y luego esa misma persona se queja de lo que le cobran en tasas municipales. Entonces, ¿cuál es la solución? Preocuparse por uno mismo. No delegues tu vida en nadie más. Tené dignidad y, quizás, suene fuerte, pero debemos «cachetearnos» un poco entre nosotros. Nos sentamos a esperar que el Estado haga todo, pero luego nos quejamos cuando nos cobran por los servicios que pedimos.
Con el dengue es lo mismo. Matá a los mosquitos, eliminá cualquier fuente de reproducción. Revisá los tachos de agua de los perros o las plantas. Yo mismo descubrà que en mi casa habÃa larvas de mosquito. Es increÃble cómo estos bichos se reproducen, y son peligrosos. No va a venir el intendente a darte vuelta el cacharro de agua. Lo tenés que hacer vos.
Es hora de dejar de esperar que el Estado nos resuelva todo. No es un Estado ausente, sino una ciudadanÃa pasiva. Debemos ser humanos presentes, activos, haciendo lo posible para vivir bien, en lugar de esperar que nos lo den todo servido. Sé que algunos dirán: «¿Por qué no lo hace él?» Bueno, yo lo hago en lo que puedo, aunque probablemente falle en algunas cosas. Pero al menos reflexiono sobre esto y me doy cuenta de que no podemos seguir asÃ.
No es cuestión de culpar solo a un sector, es reconocer que tenemos que movernos. ¿Por qué esperar a que nos lo den todo si podemos ser responsables de nuestra propia vida?
Moverse, actuar. Porque la vida es tuya, no del Estado.