En un mensaje por cadena provincial, el gobernador Axel Kicillof se dirigió a la sociedad y, en un tono que llamó la atención de muchos, pidió disculpas por su gestión al frente del Ministerio de Economía. Las palabras del gobernador despertaron la reacción de diversos sectores que señalaron la pesada herencia económica que dejó y los costos aún latentes para el país.

Simultáneamente, la CGT anunció un paro y movilización exigiendo disculpas por haber apoyado a un gobierno que, en sus palabras, «cometió errores que pusieron en riesgo las instituciones del país». En un acto simbólico, universidades de toda la nación se sumaron a la protesta colgando carteles en sus facultades con consignas como «Devolvé la plata, Guillermo Moreno y Axel Kicillof». Los reclamos sugieren que, con esos fondos, podría haberse financiado la educación y otros servicios públicos esenciales.

Sin embargo, todo lo mencionado hasta aquí es ficticio. Ninguna disculpa fue pedida, ni se convocó a marchas, ni se colgaron carteles. Según el autor del discurso, esto no ocurrió ni ocurrirá. ¿La razón? «Ellos manejan el ‘protestómetro'», es decir, deciden sobre qué se protesta y sobre qué no. Hoy, Argentina debe pagar una sanción de 1.330 millones de euros —casi 1.500 millones de dólares— por la «mentira» de los números del INDEC durante la gestión de Kicillof y Moreno. Son recursos que podrían destinarse a financiar la educación pública y otros programas sociales.

Como si fuera poco, la organización social CONIN también enfrenta dificultades para funcionar y apenas recibe ayudas mínimas del gobierno. En cambio, esos miles de millones de dólares representan la multa que un tribunal británico le ha impuesto a Argentina.

Pero para algunos, el foco no está en las cifras, sino en el origen de la sanción. Dirigentes afirman que ahora se pondrá el acento en que «los ingleses no tienen derecho a sancionar a Argentina» o que «Las Malvinas son argentinas», desviando el verdadero problema: la falta de transparencia en los datos económicos nacionales. En 2013, el gobierno tergiversó las cifras de inflación, y hoy las consecuencias siguen golpeando el bolsillo de los argentinos.

«Lo verdaderamente preocupante es que quienes deciden qué es patria y qué es antipatria lo hacen en función de sus propios intereses», subrayó el orador. No hay ideología, sino «bolsillo». Mientras tanto, algunos estudiantes universitarios han decidido ocupar edificios en reclamo de cambios que parecen carecer de fundamentos claros. En Córdoba, por ejemplo, una asamblea decidió no tomar la universidad, priorizando la continuidad de sus estudios.

Hoy, el presidente Javier Milei también ha recordado las consecuencias de «la expropiación ilegal de YPF» y los perjuicios de la causa con el juez Griesa y otros costos asumidos bajo conceptos de «soberanía nacional». Sumando la deuda y los juicios que dejó la gestión de Cristina Kirchner y Kicillof, se calcula que Argentina ha perdido unos 41.000 millones de dólares.

Y en un último cuestionamiento, el discurso también apunta a los 70.000 millones de pesos retirados de la educación en el gobierno anterior, bajo la gestión de Sergio Massa, sin que nadie saliera a las calles en defensa de los fondos educativos. «No seamos selectivos», finalizó la declaración.