Hoy es un día especial: se cumplen 41 años de democracia en Argentina. Este hito nos invita a reflexionar sobre nuestra historia, nuestra política actual y, en particular, sobre el primer año de gobierno de Javier Milei. También podemos extender este análisis a Alfredo Cornejo o incluso al intendente de tu departamento, pero siempre desde un enfoque único, lejos de la parcialidad que predomina en otros medios de comunicación.

La propuesta es clara: ser independientes, dejando de lado los prejuicios o fanatismos, para evaluar a nuestros líderes con objetividad. ¿Cumplen con lo que prometen o simplemente nos toman el pelo? Es un ejercicio necesario para elegir mejor en el futuro, basado en evidencias, no en promesas vacías.

Ayer, desde Córdoba, reflexioné sobre este tema, y hoy quiero compartir un par de observaciones clave. Primero, los libertarios han lanzado un video épico sobre Milei, donde resaltan figuras como Karina Milei y Manuel Adorni, probablemente con fines electorales. Este video refleja un alarde partidario que, sin embargo, contrasta con la falta de solidez organizativa de su espacio político.

En este contexto, les propongo a ustedes, nuestra audiencia, un ejercicio: identificar tres aspectos positivos y tres negativos del primer año de gobierno de Milei. Es un desafío difícil, pero nos ayuda a desarrollar independencia política y pensamiento crítico.

Tres aspectos positivos de la gestión de Milei

  1. Desburocratización: Milei ha intentado simplificar el funcionamiento del Estado, agilizando procesos y haciendo las respuestas más accesibles para la ciudadanía.
  2. Romper con viejas mañas: Ha confrontado ciertos privilegios de corporaciones y sectores sociales, aunque no de manera uniforme.
  3. Reducción de la inflación: Aunque no se han reducido impuestos como prometió, el freno al crecimiento inflacionario puede considerarse un mérito en comparación con la situación de un año atrás.

Tres aspectos negativos de la gestión de Milei

  1. Expresividad violenta: Su estilo antidemocrático y polarizador ha fomentado una visión maniquea que ignora la diversidad de matices necesarios en la política.
  2. Falta de acción sobre sindicalismo: No avanzó en democratizar los gremios ni en reformar las obras sociales, dejando intactos a sectores con privilegios históricos.
  3. Gestión de la educación universitaria: La demanda de autonomía financiera y rendición de cuentas hacia las universidades fue manejada con un estilo divisivo y violento, generando más tensiones en lugar de soluciones.

Por supuesto, hay otras cuestiones a analizar, como el equilibrio fiscal, que podría ser una virtud, pero ¿a costa de quién? Los jubilados y otros sectores vulnerables han pagado un precio alto. En este panorama, los invito a reflexionar y compartir sus opiniones. Este ejercicio, más que un análisis político, es un llamado a fortalecer nuestra democracia a través de una ciudadanía informada y crítica.